El CARBÓN VEGETAL
ACTIVO:  ALIVIO PARA EL SISTEMA DIGESTIVO


Esta
sustancia natural actúa contra dos problemas fundamentales que afectan a
nuestro bienestar, la diarrea y los gases o flatulencias.
Antiguamente
el carbón vegetal ya se utilizaba como remedio natural para tratar ciertos
problemas gastrointestinales. Hoy en día se sigue utilizando, sin embargo, es
preciso tratarlo para que resulte eficaz.
Para
ello se calcifican fibras vegetales en ausencia de aire a una temperatura de
entre 600 y 900ºC.
El carbón resultante es poroso, lo que le proporciona un alto poder de
adsorción.
Esta
capacidad es lo que le convierte en un gran aliado para fijar los gases y todo
lo que no sea deseable para el cuerpo, solucionado los problemas de
flatulencias y diarrea.
Su
acción sobre el gas intestinal (flatulencias) se debe a un doble proceso: la
adsorción de los propios gases, así como de las bacterias productoras de los
mismos. Muchos
trastornos funcionales del sistema digestivo, cuyo origen se debe muchas veces
a la mala higiene alimentaria (exceso de azúcar, frituras o alcohol), se pueden
tratar con el carbón: dolores abdominales, ardores, vientre hinchado o eructos. Al
reducir el gas intestinal, el carbón vegetal contribuye a disminuir la
hinchazón abdominal.
El
carbón activado es capaz también de inactivar las toxinas y microorganismos que
se encuentran en el tracto digestivo y que provocan una diarrea. Esto lo
consigue fijando las sustancias en su superficie y eliminando el agente tóxico
que provoca el problema, purificando el intestino. Este
proceso lo consigue sin alterar la peristalsis intestinal, y además presenta la
ventaja de que el carbón activo no es metabolizado por el organismo, por lo que
viaja por el tracto gastrointestinal hasta que es eliminado a través de las
heces, sin riesgo alguno.

Por
último suprime el mal aliento debido generalmente a una fermentación intestinal
muy fuerte.