TÉCNICAS Y HÁBITOS PARA
MEJORAR NUESTRA CONCENTRACIÓN



“Mi
problema es que no me concentro”, esta es una de las excusas mas habituales
sobre todo en los estudiantes, que tras unas horas de estudio ven que no han
tenido el resultado esperado. ¿Hay solución para este problema? Los
especialistas afirman que todos los estudiantes tienen capacidad para
concentrarse, pero hay que practicar y entrenar la concentración.
Existen
diversas técnicas para mejorar nuestra concentración y hábitos que pueden
corregir nuestra falta de concentración. Entre las técnicas para mejorar la
concentración podemos citar las siguientes:

Practicar juegos que te obliguen a concentrarte como el ajedrez, las damas o
rompecabezas. También existen en la actualidad juegos como los sudokus o
kakuros que te obligan a concentrarte y a ejercitar tu mente. Practicándolos
unos 15-20 minutos diariamente irás notando como mejoras tu concentración no
solo en estos ejercicios sino también en otras actividades.
– La
música puede ser también un buen ejercicio de concentración. Por ejemplo cuando
escuchamos una canción, intentando distinguir qué instrumento suena en cada
momento.
– La
meditación, si quitamos la parte filosófica de esta práctica, es uno de los
mejores métodos para mejorar nuestra concentración. Uno posible ejercicio consiste
en sentarte en un lugar silencioso y concentrarte en tu respiración, en la
nariz al inspirar y en el pecho al echar el aire, durante unos 15 minutos.

Ignorar las distracciones que hay a nuestro alrededor. Esto lo podemos
practicar en nuestras actividades cotidianas como puede ser en una conversación
con una persona centrándonos única y exclusivamente en ella, ignorando todo lo
demás, o en un cine por ejemplo concentrándonos en la pantalla, sin prestar
atención por ejemplo a si alguien hace un ruido o tose…
Ahora
también podemos citar una serie de hábitos que van a reducir nuestras
distracciones a la hora de estudiar o trabajar y por tanto mejorar nuestra
concentración:
– Elegir
el horario más conveniente: hay que tener en cuenta la hora del día en la que
estudiamos mejor, pero también el momento en el que podemos gozar de más
tranquilidad en nuestro lugar de trabajo.
– Lugar
de trabajo: debe ser un lugar aislado, libre de ruidos y elementos que puedan
perjudicar nuestra capacidad de concentración.
– ¿Solo
o acompañado?: hay personas que prefieren estudiar solas, ya que la presencia
de otra persona ya es motivo suficiente para distraerse, sin embargo a otras
personas les motiva tener a más gente a su lado estudiando o trabajando. Hay
que tener claro en que grupo de los dos nos encontramos.

Cambiar de materia: si ya estamos muy cansados de una materia y no somos
capaces de concentrarnos, el cambio de materia nos aportará un nuevo interés y
aumentará otra vez nuestra concentración.


Organización del material: no podemos estar constantemente levantándonos de
nuestro área de estudio o trabajo por ejemplo para buscar una regla o un
diccionario. Debemos organizar bien el material que vamos a necesitar antes de
comenzar para no interrumpir nuestro trabajo.